Este “fenómeno climático atípico” o lo que es lo mismo “cataclismo” que está sufriendo el Perú a manos de la naturaleza pone de manifiesto la indolencia del presidente PPK. 

Esta desgracia que está dejando, hasta este momento que escribo este artículo ya suman 76 fallecidos, más de 60 desaparecidos, 600,000 damnificados, millones de soles en pérdidas, 850 distritos en emergencia, más de 2,000 kilómetros de carreteras destruidos, más de 200 puentes inservibles, un país destruido y una escases de agua como nunca se vio. Las plagas de enfermedades infecciosas ya están presentes como el “dengue” o la “leptospirosis”, así como el acostumbrarse a convivir con ratas que ya caminan sin ningún temor. Esto parece que nuestro País perdió una guerra externa o un capítulo de Los Miserables de Víctor Hugo.

Pero tenemos un presidente indolente que se resiste a declarar el estado de emergencia nacional porque primero dijo: “No fue un terremoto”, después dice: “No todos los distritos fueron afectados como San Isidro y Miraflores”, ahora dice: “Declarar el estado de emergencia nacional es abrir las puertas a la corrupción”.

Estas son respuestas insensibles que hasta atentan contra los derechos humanos de los afectados.

La ÚNICA verdad es que PPK antepone el pago del “Impuesto a la Renta” a la vida de niños, mujeres y ancianos abandonados en lugares inhóspitos donde no llega la ayuda ni el socorro. No se da cuenta que cuando los afectados enfermen van a faltar hospitales, medicinas y cementerios.

Si PPK declara la emergencia nacional se suspendería el pago del “Impuesto a la Renta” y esto le desagrada. Incomprensible sabiendo que el Estado tiene una partida presupuestal para casos de desastres y esto es un desastre nacional con visos de mantenerse vigente hasta abril o más.

La lentitud de reacción y medidas intrascendentes ante esta tragedia va de acuerdo a la edad del presidente, pero demuestra a la vez, la falta de iniciativa y liderazgo de sus ministros; peor cuando se escucha a la ministra Marisol Pérez Tello, ante esta crisis decir: “que la gente no joda”. Inconcebible.

La ayuda que llega es gracias a la buena voluntad de compatriotas piadosos, y donaciones internacionales, el Estado peruano la está sacando barato, pone algunos aviones pequeños y pide paciencia, que todo va a pasar. Para no creerlo.

Veamos una de las soluciones torpes de PPK, que están padeciendo nuestros compatriotas del norte.

Tienen que justificar la razón para inscribirse en la lista de vuelos de socorro de la FAP, y la gente está al borde de la locura por falta de alimentos, agua y dinero, ya no tienen dinero.

El descontento es generalizado porque no todos pueden pagar el impuesto de 17 soles que están solicitando, y si no, simplemente no te anotas, no viajas y te quedas sin agua, sin comida, sin dinero y con las ratas corriendo por tus narices.

Veamos, la misma medida si se declara el estado de emergencia nacional:

La FAP cuenta con los aviones C-27J SPARTAN con capacidad de trasladar 100 personas en casos de emergencia. La Marina de Guerra cuenta con patrulleras militares con capacidad de trasladar 150 personas en caso de emergencia.

O sea en una sola operación sacas a 250 personas del infierno y gratis sin cobrarles el impuesto de 17 soles o tax.

Lógicamente esto no se podrá materializar mientras no se declare el estado de emergencia nacional.

Señor presidente, es preferible perseguir y meter preso a alguna autoridad que aprovechando del estado de emergencia se atreva a “robar” que permitir que un solo peruano más muera por infecciones gastrointestinales o por nuevos embates de la naturaleza o de hambre y sed.

El daño económico que generará esta desgracia afecta en primer lugar a la infraestructura vial que deberá ser reconstruida, y el efecto negativo que ejercerá en la capacidad productiva del país. Los rubros que sentirán el efecto inmediato son el turismo interno y receptivo, ¿quién se animará a visitar el norte peruano sin poner en peligro la salud?.

Luego tenemos el costo social inmediato, ya que todas las personas que perdieron sus viviendas tendrán que ser reubicadas o apoyadas con una línea de crédito para viviendas.

Es difícil evitar que el Perú tendrá que recurrir a líneas de crédito con organismos multilaterales, páguese a no el Impuesto a la Renta”, el endeudamiento público está cantado.

Pero lo más importante de todo esto, el “Impuesto a la Renta” no está por encima de la vida señor PPK, no sea usted indiferente.